Título original: Daughter of Smoke and Bone
Autor: Laini Taylor
Saga/Comp.: sí (1/3)
Género: fantasía
Edad: 13 años en adelante
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2011
Karou es una estudiante de arte de 17 años que vive en Praga. Pero ese no es su único mundo. A veces, Karou desaparece en misteriosos viajes para realizar los encargos de Brimstone, el monstruo quimera que la adoptó al nacer. Tan misteriosa resulta Karou para sus amigos, como lo es para ella su propia vida: ¿cómo es que ha acabado formando parte de una familia de monstruos quimera? ¿Para qué necesita su padre adoptivo tantos dientes, especialmente de humanos? Y, ¿por qué tiene esa recurrente sensación de vacío, de haber olvidado algo? De pronto, empiezan a aparecen marcas de manos en las puertas, señal de que la familia de Karou corre grave peligro. Karou tratará de cruzar al mundo quimérico para ayudarles, pero es perseguida por los serafines. Entre ellos se encuentra Akiva, un ángel arrebatadoramente hermoso al que Karou está unida de forma que ni ella misma puede imaginar.
Mi opinión:
La primera vez que vi este libro iba en el metro. Lo acababan de
publicar y había publicidad por todas partes. Si bien la portada me pareció
hermosa, por una razón u otra siempre posponía su lectura. ¡Fui una tonta! Este
libro es magnífico y es algo que deberías estar leyendo… en cuanto acabes la
reseña.
La verdad es que no sabía muy bien qué esperar de esta novela. No sabía
mucho sobre la historia, sólo que era de fantasía. Pero creo que la verdadera
magia de estos libros reside en la capacidad de Laini Taylor para mezclar realidad y fantasía, creando un universo
tan sólido que uno no puede más que sumergirse en él, amarlo y sentir que ha
formado parte de él desde toda la vida.
Los
personajes son
maravillosos. Yo adoro a Karou, la protagonista (cuyo nombre significa “esperanza”
en idioma quimérico); me identifiqué totalmente con ella y me encantó que es
una chica fuerte, independiente, decidida, pero que no por eso deja de tener su
lado dulce, sus miedos, sus preocupaciones. Su mejor amiga, Zuzana, también es
lo máximo, al igual que Akiva, que fácilmente podría robarle el corazón a más
de una chica. Pero para mí los personajes más entrañables son Brimstone y
Kishmish; aunque la autora no profundiza tanto en ellos al inicio, con lo poco
que nos deja entrever es suficiente para que antes de la mitad del libro ya los
amemos.
La trama también es
estupenda, entretejida de tal manera que todo el tiempo hay acción y tensión, y
una continua lluvia de información que nos permite entender este nuevo universo
sin que sea pesada la lectura. La narración
en tercera persona está llena de detalles y juegos narrativos, como los cambios
temporales entre pasado y presente, que permiten comprender la historia desde
todas las perspectivas, sin tener que enfrascarse en la visión de un único
personaje.
El ritmo de lectura también es muy ágil, lo cual se ve secundado por
capítulos que en su mayoría son cortos, y muchos diálogos que aceleran las
partes descriptivas, al tiempo que nos permiten conocer más a fondo a los
protagonistas de esta historia.
Realmente es una novela que vale la pena leer. Tiene mucho romance,
pero eso se matiza con la acción y el misterio, creando una mezcla perfecta y
muy balanceada. Para finalizar, les dejo un pequeño mito del mundo de Eretz, lugar al que podrán viajar si deciden leer Hija de humo y hueso:
Érase una vez, antes de que existieran las quimeras y los serafines, el
sol y las lunas. El sol estaba prometido en matrimonio con Nitid, la hermana
brillante, pero era la recatada Ellai, siempre escondida tras su descarada
hermana, a la que él deseaba. El sol se las ingenió para abalanzarse sobre ella
mientras se bañaba en el mar, y la tomó. Ella luchó, pero él era el sol, y
pensaba que tenía derecho a conseguir lo que quisiera. Ellai lo apuñaló y
escapó, y la sangre del sol se derramó como chispas sobre la tierra, donde se
convirtió en los serafines –hijos ilegítimos del fuego. Y al igual que su
padre, creyeron que tenían derecho a desear, tomar, y poseer. En cuanto a
Ellai, le contó a su hermana lo que había sucedido, y Nitid lloró, y sus
lágrimas cayeron a la tierra y se convirtieron en las quimeras, hijos de la
tristeza.
Trilogía:
Hija de humo y hueso
Calificación que le doy: