Reseña de Pesadilla de un hombre muerto, de Horacio Anell

Título original: Pesadilla de un hombre muerto

Autor: Horacio Anell

Saga/Comp.: no

Género: thriller, novela policiaca

Edad: 16 años en adelante

Editorial: Urano (¡muchas gracias por el ejemplar!)

Año de publicación: 2015

Ha ocurrido un asesinato. Roberto Andrade, exitoso empresario, dueño de Comunicaciones Primmus, yace en el piso de su despacho, con un disparo en la cabeza. El detective Guillermo Pola dirige la investigación y pronto se da cuenta de que algo no encaja en lo que parece ser un perfecto montaje.

Mi opinión:

La verdad es que tenía muchas ganas de leer este libro por dos razones: en primera, porque este año me propuse leer más novelas policiacas y thrillers, y en segunda, porque el autor es mexicano. Lo cierto es que no tenía idea de qué esperar, porque en México no hay una tradición tan fuerte de novela policiaca como en los países de habla inglesa. Pero he de decir que quedé bastante sorprendida.

El principio me costó algo de trabajo, no porque fuera aburrido (ya que inicia directamente con el asesinato de Roberto Andrade, alrededor de lo cual gira parte importante de la trama), pero como que no terminaba de engancharme. Por un lado, yo divagaba con las descripciones; por el otro, aún no me sentía “dentro” de la historia. Pero una vez que comienzan a plantearse las incógnitas con mayor solidez y a salir los “trapitos sucios”, la trama adquiere un ritmo trepidante y muy ágil.

El libro toca muchísimos temas: desde cuestiones políticas y la corrupción (que en México es un tópico muy discutido), hasta la cuestión de los grupos secretos en el poder que mueven los hilos según su conveniencia, incluso si eso implica asesinatos, sobornos y traición.

En general, los personajes me agradaron bastante. Creo que están bien formados y delimitados, y me agradó que dos perspectivas tan distintas pudieran trabajar juntas para la resolución de las pistas. También me agradó la narración en tercera persona, porque ese distanciamiento permite ir analizando las pistas con ellos como lector.

A veces me llegó a desesperar un poco la historia y el ritmo se volvía más lento pues se daba más importancia a la crítica social y política, que al desarrollo de la trama. Tenía la sensación de que los personajes no hacían lo suficiente o que no estábamos avanzando demasiado por andar abordando cuestiones políticas y sociales. Lo que he de resaltar es que justo cuando creía que ya sabía quién era el culpable, había un giro en la trama que me hacía replantearme todas las pistas y dudar de mi elección.

El final me agradó, en especial porque no es el típico final donde todo se soluciona a la perfección. También me gustó que fuera cerrado (a diferencia de Viajo sola, por ejemplo, que lo sentí tan abierto que me sentí desorientada), aunque me quedaron un par de duditas, nada importante.

Por último diré que el libro me agradó bastante. Creo que es una novela negra muy buena que, aunque tiene muchos de los clichés típicos del género, está bastante bien llevada y consigue mantener el suspenso y la tensión en casi toda la historia. Y, mejor aún, ¡es de un paisano!

Calificación que le doy: